"¿Rojo?... Mmmm... quizás azul... ¿O violeta?... no, mejor azul". Le gustaba más.
Amaba los globos, le gustaba ver que flotaban sin ayuda de nada, y se entretenía evitando que volaran hacia el cielo hasta desaparecer. Iba camino a casa con su globito nuevo, recién comprado en la plaza que quedaba cerca de allí; iba feliz, tarareando esa canción que había escuchado minutos antes en la radio.
Llegó a casa, después de caminar un par de cuadras con sus zapatitos nuevos, hace poco que la dejaban ir sola hasta la plaza, pero ella ya era grande. Tenía nueve años.
Nueve años. Y vio algo que la marcó hasta la adultez. Dentro de un auto estacionado en la otra vereda, estaba su padre besando a alguien... y ese alguien no era su madre.
Entró en la casa silenciosamente. "Debí haber escogido el rojo..." pensaba mientras el globo azul se perdía en la inmensidad del cielo.
1.21.2008
1.16.2008
El cabello rojizo esparcido en la almohada, los ojos cerrados y una sonrisa bailando en el rostro. Una mano de él prisionera entre las de ella y la otra firmemente agarrada a su cadera, acariciándole suavemente el vientre. La respiración acompasada contra su espalda le indicaba que él estaba más dormido que despierto. No podía evitar seguir sonriendo... ¿Qué mejor que eso?.
Poco a poco fue ganándole el sueño... y por primera vez en semanas no se despertó asaltada por horribles pesadillas, al contrario, un suave beso en su hombro derecho la devolvió a la realidad. Gesto que intensificó las ganas que tenía de sonreír y seguir sonriendo por mucho tiempo más...
Poco a poco fue ganándole el sueño... y por primera vez en semanas no se despertó asaltada por horribles pesadillas, al contrario, un suave beso en su hombro derecho la devolvió a la realidad. Gesto que intensificó las ganas que tenía de sonreír y seguir sonriendo por mucho tiempo más...
1.02.2008
Y mirando aquella foto casi podía sentir sus brazos rodeándola por la cintura... pero ya no. Ella había seguido con su vida... Sí, y no se arrepentía de la decisión. Por otra parte él... Él también había continuado, quizás sin proponérselo... quizás sin darse cuenta.
La vida no viene con manual de instrucciones y nunca sabes lo que te traerá. Y en algunos casos, un simple racimo de dulces te recuerda que la vida... La vida da muchas vueltas.
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